Evaluación de riesgo y toma de decisiones sobre el potencial de infestación de plagas forestales en la provincia de Córdoba

El Grupo de Ecología de Plagas Agrícolas y Forestales del CREAN lleva adelante el proyecto “Desarrollo de herramientas cuantitativas para la evaluación de riesgo y toma de decisiones sobre el potencial de infestación de plagas forestales en la provincia de Córdoba” del que se desprende el tema “Impacto de la oferta de recursos, aislamiento del parche hospedador y resistencia de la matriz circundante sobre la abundancia poblacional de una plaga forestal”.

Arhopalus rusticus (Linnaeus, 1758) es una especie común de los bosques de pinos de Norte América, Europa Central y del Norte, Siberia, Corea, Mongolia, Japón, norte de China y África del Norte. Esta especie exótica causa daños importantes a las forestaciones y es considerada una plaga cuarentenaria en algunos países como Nueva Zelanda. Desde el año 2006, se ha observado esta especie en los bosques de coníferas del Valle de Calamuchita (Córdoba), causando daños en los troncos de pinos. De hecho, en la actualidad, es el insecto barrenador que más daño causa en las forestaciones de pino de la provincia de Córdoba. El Valle de Calamuchita concentra una importante actividad forestal con 12.600 hectáreas implantadas de Pinus elliottii y Pinus taeda, especies utilizadas por su valor forestal y adaptabilidad. Por la distribución de los parches y por las especies de coníferas allí cultivadas, este sistema resulta sumamente atractivo para realizar estudios poblacionales sobre plagas.
Uno de los objetivos de este proyecto es la estimación de la abundancia de A. rusticus en la provincia de Córdoba y ya se llevan muestreados 28 lotes en el margen oeste de la provincia de Córdoba.

 

  • San Clemente - Valle de Paravachasca - Córdoba
  • Villa Berna - Valle de Calamuchita - Córdoba
  • Tanti - Valle de Punilla - Córdoba

 

Colocación de trampas
Diez trampas fueron colocadas en cada uno de los parches seleccionados con exclusión de ganado, a 200-300 m del límite del hábitat hospedador para evitar el efecto borde y respetando un radio 50 m entre cada trampa, debido a que no hay antecedentes acerca del radio de influencia de la trampa sobre los insectos en estudio. Cada trampa fue suspendida de una soga colgada de la rama de un pino de manera que el recipiente de recolección de cada trampa estuviera entre 1 a 1,5 m sobre el nivel del suelo, ya que A. rusticus infesta principalmente la parte basal de los troncos hasta 1,5 m.

La ubicación de las trampas se determinó mediante GPS.

El tipo de trampas utilizadas responde al estilo “paneles en cruz”: planchas de cartón corrugado color negro con dos frascos para cebo de 120 ml y un frasco colector de 500 ml. Como cebo principal se utilizó una mezcla de α y β-pineno (trementina) y etanol al 70 % como cebo secundario.

El monitoreo de las trampas se realiza durante el verano cada 20 días luego de la instalación de las mismas.

En cada viaje de campaña se realiza la revisión de las trampas que consiste en el filtrado de la muestra del frasco colector, que se colocan en bolsas herméticas con alcohol 70 %. Los frascos colectores se recargan con agua y cloruro de sodio, al igual que los frascos de cebo en caso de ser necesario. En caso de roturas en este momento se reparan las trampas. Los individuos recolectados fueron llevados al laboratorio para su identificación (género y especie) mediante lupa estereoscópica.

Cabe destacar que la mayoría de los productores contactados para la realización de los muestreos mostraron interés en los resultados a analizar.

 

Participan del proyecto:Dr. Cs. Biológicas
Mariano Grilli
Área: SIG y estudio de plagas
Investigador CONICET – Docente Universidad Nacional de Córdoba.

 

Bióloga
Romina Fachinetti
Becaria Doctoral CONICET

Fotos: Alejandro Barbeito