Los Lupinos
Aspectos Agronómicos del Cultivo
Boletín Tecnológico del Lupino / Año 1- Nº 1

Características morfológicas de los Lupinos
Los lupinos cultivados para grano son especies herbáceas anuales, con hojas palmaticompuestas es decir que los folíolos nacen de un punto común y se separan como los dedos de una mano. Las flores están dispuestas en racimos terminales, simples, multifloros, y son típicas papilionoideas (similares a las flores de alverjilla) con un pétalo superior o estandarte de forma variada, generalmente reflexo, pétalos laterales o alas y dos pétalos unidos formando una quilla curvada hacia arriba que en-
cierra a los estambres y al ovario. Los frutos son legumbres o chauchas que contienen de 2 a 10 semillas. Las semillas tienen una cubierta seminal que protege al embrión, formado por dos cotiledones reservantes y un eje embrionario que va a desarrollar la futura planta.


Sistema Radicular

Los lupinos poseen raíz pivotante y la formación de raíces profundas, ha sido conside-
rada una característica adaptativa importante a suelos arenosos y profundos. La raíz principal crece rápidamente y en suelos arenosos puede llegar a un metro de profundidad dentro de las primeras 6 semanas de sembrado, mientras que la parte aérea se mantiene pequeña. A medida que se extiende la raíz, hay un fuerte desarrollo de nódulos fijadores de nitrógeno y de raíces laterales. Las raíces principales pueden llegar a una profundidad de 2,5 m o más en suelos arenosos y profundos. En suelos poco profundos o pesados el sistema de raíz principal tiene poco desarrollo.

Estructura de la parte aérea de la planta
Las ramas principales (generalmente 3) se desarrollan en las axilas de hojas del tallo principal, inmediatamente por debajo de la inflorescencia. Estas ramas se las conocen como ramas de 1º orden y terminan al igual que el tallo principal, con el desarrollo de una inflorescencia.
Las ramas de 2º orden (generalmente 2) nacen de las axilas de hojas de las ramas de 1º orden por debajo de la inflorescencia. Las ramas de 3º orden que nacen de a pares en las ramas de 2º orden y las ramas de 4º orden nacen de las de 3º orden. En los cultivares más primitivos de crecimiento indefinido, las ramificaciones generalmente continúan más allá del 3º orden, teniendo ramas de 4º o aún mayor número de órdenes. Actualmente varios mutantes naturales con ramificación reducida han sido utilizados en programas de mejoramiento. Los modernos cultivares de crecimiento definido tienen más ramificaciones vigorosas de 1º orden y reducen o anulan las de 2º y 3º orden.
Tanto la expansión del área foliar como la acumulación de materia seca, son componentes del crecimiento de la planta y no son indicadores directos del desarrollo reproductivo y la producción de granos.
El vigor y el grado de ramificaciones varían tanto dentro de una especie, como entre especies y dependen también de varios factores que afectan al cultivo. En épocas de sequías es posible que se desarrollen solamente unas pocas ramas de primer orden, mientras que en cultivos muy ralos, pueden desarrollarse varias ramas en la base de la planta, que son llamadas ramas basales. La longitud inter-nodal (distancia entre hojas) y por ende la altura de la planta al comienzo de la floración es afectada
por la temperatura y la luz.

Formación de la flor y la legumbre
El número de flores de la inflorescencia pri maria depende de la especie, en general la del tallo principal de las especies cultivadas tiene entre 20 y 35 flores, pero puede variar en las especies silvestres desde 3 ó 4 hasta 70 flores, mientras que las especies ornamentales superan las 150. Las ramas de 1º, 2º y 3º orden también terminan en una inflorescencia similar a la del tallo principal pero con menor número
de flores. En general la cantidad de flores disminuye considerablemente a medida que aumenta el número de orden de la rama. La inflorescencia joven forma un «cono floral» que está cubierto por brácteas protectoras. El racimo se desarrolla en forma ascendente y las flores van abriendo desde la base hacia el ápice a un ritmo de 1, 2 o más flores por día.
La mayoría de las especies cultivadas para grano son auto-polinizantes y virtualmente todas las flores son fertilizadas y capaces de formar chauchas, aunque puede ocurrir un bajo porcentaje de polinización cruzada.
Después de la polinización, el ovario de cada flor se desarrolla en un fruto que es una legumbre o chaucha y la flor como respuesta a la fertilización cambia de color tomando un tinte azulado o violeta. En general en todas las leguminosas de grano hay un alto porcentaje de aborto de flores que no llegan a formar frutos, los lupinos no escapan a la regla pero igualmente es posible un alto rendimiento de granos con
un 70% de aborto. El aborto floral puede aumentar por el estrés hídrico, temperaturas bajas (menos de 10 ºC) o altas (más de 26 ºC) en el momento de floración. El control del aborto y formación de fruto es complejo y las hormonas vegetales pueden jugar un rol vital. La formación de frutos se reduce cuando las condiciones ambientales de clima fresco y nublado y suficiente humedad de suelo, favorecen el crecimiento vegetativo. La causa principal del aborto floral es la fuerte competencia por nutrientes y azúcares entre flores y frutos en desarrollo y ramas vegetativas en crecimiento.
No hay hasta el momento, químicos reguladores de crecimiento capaces de mejorar la formación de frutos y su rendimiento en forma consistente y económica. Sin embargo debido a la habilidad compensatoria de los diferentes ordenes de ramas, es posibles obtener buenos rendimientos aún con una pobre producción del tallo principal.

Formación de semillas

Luego de alcanzarse la mayor acumulación de materia seca, aproximadamente 14-20 semanas después de la siembra y al final de la floración, todos los nutrientes de la planta son destinados a la formación de semillas y llenado de granos. La mayoría de los nutrientes son extraídos de hojas y pecíolos antes de que se caigan de la planta, excepto bajo un estrés hídrico repentino.
La mayoría de los frutos de lupino son capaces de producir entre 4 y 8 semillas, aunque al abrirlos se observará que en la mayoría al menos 1 semilla no se ha desarrollado. Las semillas que hayan empezado a desarrollarse pueden abortar resultando en semillas chatas y arrugadas. El tamaño final de las mismas depende del tamaño del fruto, del número de semillas en desarrollo y de las condiciones cli-
máticas durante el llenado de granos. El tamaño promedio de semilla varía con la especie y a su vez puede variar marcadamente dependiendo de la variedad, sitio y estaciones. Generalmente, las semillas más grandes son producidas sobre el tallo principal y bajo condiciones de temperatura no extremas.